Hace unos días uno de nuestros clientes se interesó sobre la posibilidad de validar los emails antes de realizar una campaña de emailing.
Existen muchas herramientas o servicios (muchos de ellos on-line) que permiten contratar la verificación / validación de listas de emails. Y en este punto creo necesario hacer una primera advertencia.
No son pocos los casos de páginas web (algunos gratuitos y otros no) que aprovechan servicios como la identificación de la dirección IP de un email, la verificación de la existencia de un dominio o la validez de una buzón de email, tras las que se esconden spammers cuya única intención es la de obtener así direcciones de email con las que luego comerciar o simplemente incluir en el envío de emails no deseados. Por ello, muchísimo cuidado con donde metemos una dirección de email…. puede que nos arrepintamos durante mucho tiempo y no siempre es posible corregir el error.
Como decía existen muchas herramientas o servicios que permiten validar las direcciones de correo electrónico, pero…. ¿cómo lo hacen?.
Se pueden distinguir tres niveles de validación, que ordenadas de menor complejidad a mayor serían:
- Validación sintáctica.
- Validación del dominio del email.
- Validación de la cuenta de email.
Validación sintáctica:
La validación sintáctica se basa en comprobar si una dirección de email cumple o no el estándar por el que deben regirse la cuentas de email, ya que en caso de que no lo haga, podemos asegurar que el servidor de internet que lo tenga que enviar lo desechará.
Las normas que rigen el formato de una dirección de email son los estándares RFC del protocolo SMTP (Small Mail Transfer Protocol)
Validación del dominio del email:
Una dirección de email puede ser sintácticamente correcta, pero a pesar de ello el dominio al que pertenece puede haber dejado de existir, por lo que el email que le enviemos nos será devuelto.
Se puede hacer mediante consultas del comando nslookup al servidor DNS (Domain Names System)
Validación de la cuenta del email:
Este es el nivel más complejo de todos y exige no solo que la sintaxis del email sea correcta y que el dominio sea válido, sino la confirmación por parte del servidor de correo del dominio destino del email, de que ese buzón de email existe y está disponible.
Además de necesitar la información del comando nslookup, será necesario pedir información específica sobre la cuenta de email que se quiere validar al servidor de correo correspondiente. Esto se puede hacer mediante el protocolo RCPT.
¿Qué supone esto para nuestras campañas de emailing?
La validación sintáctica de las cuentas de email debería ser algo obligatorio y su resultado final es creíble al 100% (si un email no cumple, es que está mal). De esta forma reduciremos los emails que produzcan errores, depuraremos nuestra base de datos y obtendremos una mayor rentabilidad en nuestras campañas.
La validación del dominio al que pertenece una cuenta de email también es altamente recomendable y reducirá mucho las devoluciones, aunque su implementación no es ya tan sencilla y requerirá del apoyo de un experto en database marketing. En este caso también los resultados que obtengamos serán creíbles al 100% (si un dominio no existe, las cuentas de email asociadas a él tampoco).
La validación de la cuenta de email es otro cantar, con sombras y luces.
Validar que un email realmente existe solo se puede hacer haciendo llamadas utilizando el protocolo SMTP al servidor de correo y este contestará si el email existe o no, y para ello requeriremos la ayuda de un experto en database marketing o la contratación de uno de los servicios anteriormente mencionados.
Pero el problema es que muchos de los servidores de correo hoy en día tienen ese tipo de llamadas bloqueadas, y aún más en los dominios de las empresas, ya que permitiría obtener información sobre si alguien existe o no en una organización, y esto podría ser utilizado por los spammers.
Por eso, el resultado de esta validación no nos permitirá concluir al 100% que una cuenta existe o no, solamente de aquellas de las cuales sus servidores de correo nos hayan contestado.
Por lo antes expuesto esto es especialmente crítico en las campañas de emailing a empresas, ya que si solo enviamos la campaña a aquellos emails de los que hayamos podido validar que existen como cuenta de correo, dejaremos de poder comunicar con muchos contactos, que no por no haber podido ser validados quiera decir que no existan.
Queda a criterio de cada uno elegir el coste-beneficio que corresponda a cada situación.
En un próximo post, abordaremos las cuestiones técnicas de cada una de las validaciones mencionadas.
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